12. Ellos
Su marido llegó al día siguiente con el libro y magdalenas de fresa. Lo encontró en el supermercado de origen francés, y aprovechó para comprar el último ejemplar que había. Desayunaron las delicias, con café, y se fue a trabajar hasta el mediodía.
Cuando salió, puso la televisión. Un programa de actualidad les advertía del creciente número de drogodependientes ilegales sin techo que había en la ciudad, "okupas", inactivos y las medidas que se estaban tomando. Vio las imágenes. Y le vio a él. Vio al chico con la chica. Sentados en el suelo, estaban fumando algo, y su aspecto parecía de diez años más. Sucios, sin moverse, parecía incluso que estaban enfermos. Y sí, tenían un litro de zumo (no su favorito) a sus pies.
Lloró.
Supo lo que había pasado.
Supo que él encontró más placer no sólo en otra persona, sino en otro "estilo de vida". Ya no trabajaba, según lo visto. No parecía sano ni saludable. Ya ni se duchaba. Y esa chica, igual. Parecía, incluso, mucho más joven que él.
Y ahora estaba en un hospital recuperándose de la perdida del bebé. Pero le dijeron que podía engendrar muy pronto, y, tras recordar, volvió al presente. Cogió el libro, y empezó a leer.
Cuando su marido vovió para comer con ella, le informaron, durante el postre, que ya tenía el alta para volver a casa, y, el lunes ya volvía al trabajo.
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